lunes, 7 de marzo de 2011

Guía rápida de las fibras textiles (VI)

FIBRAS ARTIFICIALES



Nos adentramos en el mundo de las fibras químicas, todas aquellas que no son de procedencia natural, se elaboran en "laboratorio", y que a su vez están divididas en dos grandes grupos: las artificiales, hechas a partir de fibras celulósicas (como el rayón, el acetato y el lyocel); y las sintéticas, a partir de fibras no celulósicas (nylon, poliéster, acrílico...).

Empezamos por las primeras, las artificiales y concretamente, por *el rayón*. Fue la primera fibra artificial que se elaboró, data de 1885. Entonces era conocida como “seda artificial” por tener una apariencia parecida a esta. Al ser derivado de la celulosa, sus propiedades son muy similares a las de una fibra natural: es de tacto suave, fresco, cómodo, ligero y muy absorbente, con lo que permite la transpiración (es muy apto para climas calurosos y húmedos) y además se tiñe bien. Se aplica a vestidos, blusas, lencería, forros, corbatas decoración... y otros usos aparte de los textiles como armazón de neumáticos, material quirúrgico o productos de higiene femenina.

Su proceso de fabricación cambia, no es siempre el mismo, y en función del producto químico utilizado en cada caso, da lugar a diferentes variedades: el rayón de cupramonio, por ejemplo, está combinado con cobre y amoníaco, (aunque actualmente ya no se produce en EE.UU. por estar prohibido); otras son el rayón acetato o el rayón viscosa...

El *acetato de celulosa* fue descubierto en su inicio por la industria aeronaútica durante la I Guerra Mundial, no fue hasta más adelante cuando se obtuvo la fibra. Se fabrica a partir de la pulpa de la madera o de la fibra del algodón. Es conocido como la “fibra de la belleza”, con él se tejen satenes, brocados y tafetanes (es de destacar además su bajo coste). Tiene una apariencia similar a la seda aunque el tacto no tiene nada que ver (es suave y liso, pero seco). No absorbe bien la humedad pero se seca rápidamente, encoge a altas temperaturas (es termoplástico), si bien mediante el calor se obtiene una superficie con textura como el muaré.

En la próxima entrada de nuestra guía textil os hablaremos del lyocel, una fibra que, pese a ser artificial, nos encanta, de la que teníamos muchas ganas de hablaros ...ya os contaremos por qué.

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